¿Qué tienen en común Michael Knight, Pedro Picapiedra y el súper agente 86? Puede costar un tiempo sacarles parecidos razonables, pero la pista definitiva nos la da Dick Tracy. Desde que el modernísimo inspector de policía llevara un reloj inteligente en los años 80, poder comunicarnos con un simple gesto de muñeca se convirtió en un sueño.
Nos sorprendería la cantidad de filmografía en la que aparece un reloj inteligente, capaz de enviar llamadas, alertas de localización y mil funciones más, aparte de dar la hora. Hace décadas que el cine y la televisión sueñan con poder comunicar grandes misiones a través de un reloj de pulsera y Samsung ha aprovechado el tirón de la pequeña y gran pantalla para promocionar el lanzamiento de su último gran hito: el Samsung Galaxy Gear, un smartwatch de pantalla táctil con el que la coreana se ha adelantado a Apple en la introducción del nuevo gadget.
Desde el modernísimo inspector de policía, Dick Tracy, el superagente 86, la avispada sobrina del inspector Gadget y hasta escenas de Star Trek aparecen en el vídeo que Samsung ha titulado "A long time coming", para ilustrar, apelando a la memoria cinematográfica colectiva, el largo tiempo que llevaba el mundo esperando este lanzamiento. Tras hacer repaso a todas las escenas en las que espías y antihéroes llevan rudimentarios aparatos en sus muñecas, el vídeo promocional acaba con una joven del siglo XXI que ya se comunica con el reloj de Samsung: la ciencia ficción convertida en realidad.
La llegada de estos nuevos dispositivos, también móviles, abre un nuevo abanico de posibilidades para los comercios, justo en el momento en el que ya dos tercios de los usuarios de entre 18 y 34 años los utilizan dentro de las propias tiendas. Aunque aún falta un largo camino por recorrer para ofrecer una buena experiencia móvil a los usuarios en las tiendas físicas, la posibilidad de escanear un código de barras con un solo gesto de la muñeca facilitaría enormemente las compras. Al avance daría un enorme impulso a los comercios del sector retail, e implicaría que los anunciantes y los diseñadores del packaging se involucraran de lleno en el cambio. Pero es indiscutible el potencial que puede llegar a tener.
El consumidor dispondría rápidamente en la pequeña pantalla de su reloj los comentarios, los precios y el botón de compra. Sólo con pulsarlo se le cargaría a su tarjeta de crédito previamente registrada, ahorrando largas colas en la caja. Hacerlo con un Smartphone ya es rápido, pero para una civilización impaciente, ahorrar unos cuantos minutos tiene un gran valor.
Pero aún no movemos en el terreno de la ficción porque el Galaxy Gear aún no permite tantas funcionalidades. Aunque, lo más probable, es que esta vez no tengamos que esperar otras tres décadas para verlo hecho realidad.
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