Las redes sociales se han convertido en la plataforma ideal para el cibercrimen. La última hazaña de estos piratas ha sido el robo de más de 2 millones de contraseñas, de perfiles sociales tan habituales en nuestro día a día como Facebook, Twitter, Google o Yahoo.
Así lo ha podido constatar Trustwave, la empresa de seguridad informática, quien refiere que este ataque podría haber afectado a usuarios de hasta 102 países. Para hacernos una idea de la magnitud de esta invasión, incluye la apropiación de más de 300.000 cuentas de Facebook, y más de 50.000 contraseñas de Yahoo y Google, junto con más de 20.000 en el caso de Twitter y cerca de 9.000 de LinkedIn.
Este tipo de prácticas supone una gran amenaza tanto para usuarios como para las marcas. ¿Como afectaría a su negocio el hecho de que su cuenta se viera comprometida?
Los cibercriminales controlan la actividad de la cuenta, envían spam en su nombre y conducen a los usuarios a sitios llenos de malware. Todo bajo un engañoso gancho disfrazado de mensaje orientado a los intereses de la víctima. El gran poder de segmentación de las redes sociales juega a favor de los hackers, quienes llenan sus arcas a base de los clics fraudulentos de estos desafortunados fans. Un hecho que podría ver seriamente comprometida la reputación de la marca y hacer huir a sus seguidores, ante la incapacidad de las marcas para hacer nada para defender su cuenta.
Ya en 2010 el informe de Kapersky Lab alertaba sobre la evolución del malware, un problema de dimensiones globales. Los botnets habían hecho de las redes sociales su hábitat natural, un medio que les permite de forma fácil y efectiva apropiarse de las cuentas y copar de su spam al público objetivo.
De otra parte el estudio de Nexgate sobre la presencia de spam en las redes sociales alertaba que durante el primer semestre del año el incremento de este contenido indeseable había sido del 355%; siendo Facebook su principal núcleo de atención. Según sus cálculos, 1 de cada 200 mensajes sociales contiene algún tipo de spam, relacionado con contenido para adultos y malware. Una actividad que las marcas están sufriendo en carne propia. Nexgate estima que el 20% de las aplicaciones de spam basan su actividad amparándose en una cuenta corporativa.
Tanto las grandes marcas como los pequeños comercios están expuestos a esta amenaza; una realidad que se hace cada día más patente y demanda medidas de seguridad más efectivas y un mayor control sobre la actividad criminal en internet.
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